Manifiesto por la Noosfera:
La Tierra y
Yo Somos Una Sola Mente
Durante más de cinco mil de mis
órbitas alrededor del Sol, los humanos han
estado alterando mi paisaje. Algunos de
ellos hermosos como las terrazas de cultivo
de arroz en la Lejana Asia Oriental o de la
siembra de maíz en los Andes de América del
Sur. Canales, acequias, diques para desviar
el agua, pirámides y templos, grandes
murallas sinuosas, y luego las ciudades con
sus sistemas de conexión de carreteras, y a
lo largo de la costa grandes puertos
marítimos y barcos con velas ondeando en
busca de nuevas tierras que conquistar,
nuevas mercancías para comerciar, y siempre
aquí o allá, grandes ejércitos en guerra
devastando a la tierra. Éstos eran los más
inteligentes, los ansiosos por la riqueza y
el poder.
Los inteligentes me
trazaron con mapas, e hicieron globos
terrestres para imitarme; eligieron vivir su
propio tiempo y dejaron de vivir de acuerdo
a los grandes ciclos que rigen el orden
universal. A causa del dinero, dividieron su
tiempo y dividieron la Tierra. Ya no se
consideraban parte de la Tierra, sino que
Yo, la Tierra, me convertí en su esclava.
Crearon todo tipo de máquinas y para sus
máquinas necesitaron todo lo que pudieron
sacar de la Tierra: Destruyeron mis bosques,
desgarraron mis montañas y cavaron
profundamente en la tierra y en el mar, tras
el combustible que hace funcionar las
máquinas.
Y vi que entre los
inteligentes había videntes y soñadores,
profetas y mensajeros, poetas y artistas que
vieron otro mundo, quienes les advirtieron,
que trataran de dominar su codicia y su
lujuria para beneficio de sus almas.
Y vi a aquellos que optaron por no construir
y edificar, quienes decidieron no alterar mi
paisaje, quienes se contentaron con pequeñas
viviendas de cuero y piel, barro y adobe,
quienes pintaron en la arena, y dibujaron en
las rocas y en las paredes de las cuevas,
quienes siguieron a los animales salvajes en
sus senderos y caminos silvestres, quienes
oraban con la luna, las estrellas y el sol,
quienes cantaron el sueño de la noche
cósmica. Entre ellos, también, estaban los
videntes, la gente medicina, los sabios, y
son ellos quienes hablaron por mí:
Yo
soy uno con la Tierra
La Tierra y yo
somos una sola mente
Vosotros no
estáis separados de mí, aunque podáis pensar
que lo estáis. Sois uno conmigo. Vuestra
mente y la mía, la mente de la Tierra, son
una y la misma mente. Y esta mente única se
llama noosfera - la mente de la Tierra que
envuelve la totalidad de mi cuerpo como un
manto invisible, penetrando en cada ser
vivo, dotando a cada uno de un rayo del
espectro de la conciencia de vida que se
extiende desde el centro de la galaxia, a
nuestro sol, a mí y a todos los que habitan
en mi superficie. No sois sino un sólo
organismo planetario. Toda la vida es una,
así como yo soy un todo indivisible.
Para aquellos que tienen ojos para ver y
oídos para oír y corazones que conocen desde
adentro, ha llegado el momento para que
puedan escuchar, mi manifiesto por la
Noosfera. Escuchad de nuevo y recitad
conmigo:
Yo soy uno con la Tierra
La Tierra y yo somos una sola mente
Mirad nuestros mares, cubiertos de
basura y con petróleo ardiendo. Mirad a
nuestros vecinos sin hogar y que huyen en
busca de refugio. Mirad a nuestros niños
apiñados en las aceras mendigando y buscando
alimento. Mirad a los mercaderes que son
dueños de las máquinas y los bancos,
escondiéndose detrás de las puertas
blindadas y los guardias de seguridad. Mirad
a los ancianos sentados en el borde de lo
que alguna vez fue un bosque, llorando por
la pérdida de una realidad antigua.
Yo soy la Tierra. Yo soy la mente de todos
vosotros. Ahora hablo a través de todos
vosotros. Escuchad: En un momento de mi
tiempo, todo cambiará. Me levantaré de la
tierra del sueño y convertiré la vestidura
de la conciencia envuelta en torno a la
perfección de mi forma giratoria. El tiempo
del dinero y la máquina va a terminar y un
nuevo tiempo comenzará, y vosotros
conoceréis de nuevo lo que habíais olvidado.
Y a partir de ese momento se establecerán
los nuevos códigos del ser y de la realidad,
los códigos de la noosfera. No habrá más
naciones, ni más dinero, ni más verdades
encubiertas, ni más pobreza, ni más drogas,
ni más armas, ni más bombas, sino un nuevo
mundo de telepatía universal. Todos
entenderán, como uno y al mismo tiempo, que
sólo hay un tiempo para la Tierra, una
simultaneidad de día y noche, una
sincronicidad continua.
Vuestra mente
comenzará a transformar todo lo que se ha
echado a perder en una obra de arte
viviente, la Tierra entera convertida en una
obra maestra, rodeada por un arco iris de
polo a polo - una única forma de pensamiento
hecho visible. Ciudadanos de la Tierra,
vamos a sentir una presencia galáctica, la
noosfera, nuestra central telepática. Un
diseño del destino escrito en un plan
divino, siguiendo una medida común de tiempo
universal que nos unifica en una sola mente.
Aceptaremos a los visitantes de otros
mundos; recibiremos cualquier conocimiento
que nos llegue de los ancianos de las
estrellas que han estado esperando a que
nosotros maduremos en la Noosfera,
convirtiéndose en la nueva jerarquía de la
civilización cósmica.
Nada nos
impedirá seguir el camino sin fin - durante
tres milenios desplegaremos la forma de vida
de la Tierra como una obra de arte. Sólo así
vamos a ampliar la noosfera en el panorama
de la mente cósmica, irradiando desde los
centros de nuestro cerebro el nuevo órgano
que considera el entero universal como un
círculo girando incesantemente, pero que
jamás abandona la Tierra, nuestro hogar
cósmico.
Este es nuestro manifiesto
para la Noosfera:
Yo soy uno con la
Tierra
La Tierra y yo somos una sola
mente
Valum Votan, José Argüelles