Sent: Friday, November 02, 2001 6:34 PM

Subject: Una Carta de José y Lloydine Argüelles



Movilización por la Paz
Una Carta de José y Lloydine Argüelles

"El Sr. Argüelles dice que la elección entre una 'nueva era'
y una destrucción total es nuestra, y es mejor que decidamos."
-Wall Street Journal, página principal
23 de Junio, 1987

Con los eventos de emergencia planetaria del 11 de Septiembre, la civilización está en jaque mate. Después de 5000 años de historia, ¿por qué la guerra final es la guerra entre la civilización y el terrorismo? El terrorismo es aparte de la civilización o es un reflejo engañoso de alguna falla dentro de la misma estructura de la civilización? Si es algo aparte de la civilización, aun siendo ejecutado por seres humanos como aquellos que dicen ser "civilizados", ¿será que los terroristas representan una vena de maldad absoluta?

Si asi fuera, ¿será erradicado este mal por exterminación violenta?

El Presidente de Estados Unidos cree que está haciendo la guerra para "exterminar el mal de la tierra". ¿Cómo sabremos que este mal ha sido finalmente exterminado?

Si los terroristas representan un reflejo de la civilización, ¿no representan una imperfección fatal o un fracaso de la civilización para indicar una necesidad fundamental de la humanidad?

En el análisis de la Ley del Tiempo, el 11 de Septiembre fue el "evento inevitable", el quiebre del Encantamiento del Sueño de la Historia.

Esto fue inevitable porque las contradicciones en la estructura de poder de la elite gobernante de la civilización no se ha acomodado en lo más mínimo a los efectos de sus políticas económicas sobre la biosfera, mucho menos en el resto de la gente del planeta.

Los Americanos son solamente el 5% de la población mundial, sin embargo consumen el 40% de los recursos naturales.

La política económica de la última década de Norteamérica afirmaba que era un derecho y un privilegio de Estados Unidos no sólo de continuar consumiendo en tan alta proporción, sino también de extender su doctrina económica al resto del mundo.

La política extranjera que la acompaña mantuvo el derecho a defender esta doctrina económica cuándo y dónde fuera necesario. Desde el punto de vista de la matemática simple, se puede ver que en algún momento inevitable esta política estaría sentenciada al fracaso. Que haya sido un acto de terror que manifiesta el fracaso de esta política, sólo profundiza el significado de los eventos que están ocurriendo.

Sin embargo, están predestinados, los eventos que ahora se desarrollan, someten a la especie humana hacia un sendero y un clima de guerra mundial, miedo e inseguridad, en medio de lo que aparece ser un colapso mayor de la economía global.

Mientras tanto, está claro que nada va a disuadir al Presidente Norteamericano y a aquellos que lo siguen de continuar con una "larga y extensa guerra", las demandas de la justicia cósmica hacen imperativo que nos empecemos a preparar para las consecuencias de esta guerra - ahora.

La única consecuencia imaginable es la paz absoluta - un mundo sin guerra. Cómo podemos alcanzar un mundo así? Hay una solución que aún no se ha probado y que puede tener la clave -cambiar el calendario. Eliminar el calendario Gregoriano y reemplazarlo por un calendario de armonía y paz. Sólo con este acto seremos capaces de dejar el viejo tiempo de guerra y entrar a un nuevo tiempo de paz. Realmente, si el colapso apocalíptico de las Torres del World Trade Center auguraban el fin de la historia, un nuevo calendario de armonía nos llevará más allá de la historia - por fin.

Mientras los hombres adoren a Césares y Napoleones,

los Césares y Napoleones
debidamente se levantarán y los harán miserables.

Aldous Huxley

En 1995, cuando por primera vez presentamos el Plan de Paz Mundial de Cambio al Calendario de Trece Lunas a las Naciones Unidas, le entregamos una petición a la que nos referimos como una "Emergencia Moral Planetaria". También propusimos que las Naciones Unidas condujera un Simposium de Emergencia Moral que fuera convocado en la Universidad para la Paz en Costa Rica. Nuevamente, en 1996 y en 1997, distribuimos la "alerta moral de emergencia planetaria", llamando a la reforma del calendario como el primer paso para la paz mundial. Para la Cumbre Mundial de la Paz y el Tiempo, en Costa Rica en 1999, escribimos un documento llamado "La Reforma del Calendario y el Futuro de la Civilización" - el punto principal era que la reforma del calendario es el asunto pendiente más importante del siglo 20. Los eventos del 11 de Septiembre comprueban este punto sin lugar a dudas. Los calendarios codifican los programas inconscientes de las personas que los usan.

La medida irregular del calendario Gregoriano es el programa seguido por la especie humana para la autodestrucción. Precisamente 29 años antes de la emergencia del 11 de Septiembre, la caída de la torre de Babel, el Centro de Comercio Mundial, los terroristas Palestinos se tomaron la Villa Olímpica en Alemania. Eso fue el 11 de Septiembre de 1972. En otras palabras, la fecha 11 de Septiembre ya estaba programada de manera precisa para el tipo de acontecimientos que ocurrieron. Si el mundo le hubiera puesto atención a la llamada para el cambio de Calendario, puesta en marcha por la Liga de Naciones en 1931, hoy sería un mundo muy diferente.

Reconociendo la naturaleza profunda de la emergencia moral -la humanidad en su dominio inconsciente del falso tiempo- durante los 90 activamos un movimiento por la paz, el Movimiento Mundial de Paz de Cambio al Calendario de Trece Lunas. Basado en la premisa práctica de cambiar el calendario, ahora sabemos que el Movimiento de Paz de Cambio al Calendario de las Trece Lunas es el movimiento de paz más amplio y unificador que hoy necesita el mundo tan urgentemente.

No sabemos cómo se van a desarrollar los acontecimientos en los próximos años, pero ya hemos puesto una meta el año 2004, como la última oportunidad para establecer el Plan de Paz de Cambio al Calendario de Trece Lunas. La estrategia para llevar a cabo este plan también ha sido preparada, la Campaña para el Nuevo Tiempo. A través de esta Campaña, debemos movilizarnos ahora por el Nuevo Tiempo de Paz.

La Fundación para la Ley del Tiempo es una organización exenta de impuestos, establecida solamente con el propósito de promover el Plan de Paz Mundial de Cambio al Calendario de Trece Lunas, y su Movimiento Mundial organizado como la Red de Arte Planetaria. Ahora, mientras aún hay tiempo, le pedimos su apoyo. La única garantía para un tiempo de paz es dejar el viejo tiempo y al mismo tiempo cambiar el calendario. Por favor, únase a nosotros, "y el mundo será Uno".

Gracias por su consideración. La Paz sea con Uds. y en todas las cosas.

José Argüelles-Valum Votan, Presidente y Lloydine Argüelles- Bolon Ik, Co-presidente de la Fundación para la Ley del Tiempo.