MANIFIESTO POR LA NOOSFERA

 La Nueva Etapa en la Evolución de la Consciencia Humana

 Por Jose Argüelles

 

José Argüelles, también conocido como “Valum Votan, el Cerrador del Ciclo,” ha sido llamado “el Sumo Sacerdote de la Nueva Era.” Su mensaje constante desde 1970 fue que, para que la humanidad sobreviva a la industrialización y al colapso medioambiental inevitable, debemos cambiar tanto nuestro calendario como nuestra visión del Universo.

Su repentina muerte  a la edad de 72 años el 23 de Marzo de este año impresionó y sorprendió a muchos quienes anticiparon su participación en la culminación de la obra de su vida el 21 Diciembre de 2012 cuando el calendario Maya de la “Cuenta Larga” marca el final de una era de 5.125 años.

 

Es interesante que su libro publicado póstumamente, Manifiesto por la Noosfera: La Nueva Etapa en la Evolución de la Consciencia Humana, fue lanzado en Septiembre.

 

José Argüelles, José Antonio de nacimiento, fue un polémico autor, artista, visionario y educador. Fundó la Red de Arte Planetario, y la Fundación para la Ley del Tiempo. Llevó a cabo un doctorado en Historia del Arte y Estética en la Universidad de Chicago. Él era el hermano gemelo del poeta Iván Argüelles y uno de los creadores del Concepto del Día de la Tierra, y fundador del primer Festival de la Tierra Entera en 1970, en Davis, California.

 

Probablemente es más conocido por la Convergencia Armónica en 1987, celebrada en todo el planeta, que anunciaba el final del Ciclo Maya. Afirmó que nuestro calendario Gregoriano nos lleva a una manera de pensar mecanizada, irregular, desestabilizadora, y que necesitamos regresar a un sentido natural del tiempo. Para él y para muchos otros estudiosos, eso significa el, inspirador, holístico, armónico, Calendario Maya de 13 Lunas de 28 Días.

 

Manifiesto por la Noosfera engloba su afirmación de que los seres humanos deben cambiar o perecer. El término “noosfera” se refiere a la envoltura mental o envoltorio de pensamiento que remite la Tierra. La palabra deriva de “nous,” la palabra Griega para “mente.”

“El presentimiento de la noosfera despertó completamente en mi en 1969 al ver la Tierra entera desde el espacio en la televisión,” escribe Argüelles en la  Introducción.

“Poco después, organicé el primer Festival de la Tierra Entera, y junto con mis estudiantes en la Universidad de California, Davis, transformamos el patio central en la ‘aldea global’ – todo ello en previsión de establecer el primer Día de la Tierra que ocurrió un mes después, el 22 de Abril de 1970.”

 

Poco tiempo después del encuentro se topó con el trabajo del físico Oliver Reiser, de la Universidad de Pittsburgh, quién propuso una visión de la noosfera  como si constara de dos partes – una Oriental (intuitiva) y otra Occidental (analítica)– que holonómicamente funcionan como los dos hemisferios del cerebro humano.

 

La Noosfera conscientemente activa ha sido relacionada con una fecha específica, 21 de Diciembre de 2012, escribe Argüelles, que claramente encontró la obsesión con esta fecha algo divertido, como él mismo señala “pocas fechas en la Historia han excitado tanto la imaginación planetaria” Desde que presenté la fecha con la publicación de mi libro, El Factor Maya, en 1987, la fascinación por su significado – el final del ‘Gran Ciclo’ de 5.125 años, una medida de uno de los calendarios de la civilización Maya Clásica de América Central– ha crecido de manera exponencial. Hoy, esta fecha está rodeada por una avalancha de información que equivale a un fenómeno cultural. Que este parámetro cíclico se haya generalizado tanto en la imaginación popular ya es un síntoma del efecto unificador de la noosfera. Lo que llegó a la consciencia de masas, por primera vez, como un símbolo de miedo apocalíptico colectivo (como en la reciente película de Hollywood que muestra el mundo aniquilado por terremotos y tsunamis) ahora puede ser reconocido y comprendido como un arquetipo liberador de elevada consciencia y plenitud espiritual largamente esperado.”

 

Manifiesto por la Noosfera es un libro que describe una visión detallada de lo  que claramente ardió el interior de la mente de este visionario. Hay abundancia de diagramas y detalladas técnicas de meditación. Se invita al lector a orar e incluso a estudiar las líneas de oración creadas por todo el mundo como los Musulmanes que se ponen de cara hacia la Meca cinco veces al día para rezar.

Está claro que el enigma que había en Argüelles estaba al final en una determinada fe en el espíritu de la humanidad.

“La ciencia dice que ver es creer, pero como todo verdadero visionario sabe, ¡tienes que creer para poder ver! Esta es la única manera de que lo nuevo pueda ser visualizado. Y si puedes verlo, a continuación puedes manifestarlo. Una creencia, una voluntad, una aspiración incesante es todo lo que se necesita – y el esfuerzo para llevarlo todo hasta el fin. Esta es la fe sostenida de todos los visionarios que se han atrevido a soñar con la noosfera”, escribe .

 

Stephanie South, compañera y aprendiz de Argüelles, que compartió sus últimos años, ha escrito en su libro Tiempo, Sincronicidad y Cambio de Calendario las últimas semanas y días de la vida de Argüelles. Justo tres días antes del terremoto y del tsunami Japonés, Argüelles cayó enfermo repentinamente. Él le dijo a Stephanie que sentía que estaba canalizando la energía nuclear de Japón. Su enfermedad tuvo su clímax en el equinoccio y la super-luna, un evento que solo ocurre cada 18 años, y el 23 de Marzo dejó el mundo en el momento exacto en el que entró en el: 6:10 am.

“La paz absoluta llenó la sala cuando lo vi tomar su último aliento y deslizarse naturalmente y de forma pura a otra dimensión,” escribe ella. “Incluso en la muerte, dio todo lo que pudo a este planeta. Su vida es un testimonio del sacrificio del alma individual y personal al servicio del alma divina.”

 

En su prólogo para 2012: Biografía de un Viajero en el Tiempo: El viaje de José, Daniel Pinchbeck describe su reacción hacia la Visión de Argüelles  de que la humanidad  desmontaría de forma voluntaria la “tecnosfera” pos-industrial cuando nos acercáramos a 2012, regresando el planeta hacia un jardín prístino, prefiriendo vivir en pequeños grupos y participando en ceremonias telepáticas.

 

“Yo argumenté que esto parecía imposible – que nos dirigíamos a las guerras y al ecocidio, no una vuelta al jardín,” escribe. “Mi tarea como visionario es para imaginar el mejor resultado posible para la humanidad,” explicó Argüelles. “¿Si yo no lo hago, quién lo hará?”

Al parecer, la mayoría de la gente permite que su concepción de lo que es posible se determine por la cultura de masas, o realidad de consenso. Si suficientes personas comienzan a visualizar una realidad diferente, ¿podría esa energía de masa inclinar la balanza y producir un mundo así? Sin duda Argüelles así lo creía. Sería fácil descartar Manifiesto por la Noosfera como otra visión edulcorada de un mundo perfecto que podría manifestarse si todos comieran tofu y cantaran canciones populares alrededor del fuego del campamente cada noche, sin embargo, hay más en esto de lo que parece a simple vista.

En 1987 yo era un reportero en practicas para un periódico local en Edmonton, Canadá. Mi editor me asignó para cubrir la ceremonia de la Convergencia Armónica que se llevaría a cabo junto al río y presentaría al cantante Nativo Americano Cree, Buffy St. Marie.

Como la mayoría de los periodistas, yo era muy cínico y muchos lectores de New Down recordarán algunas de las bromas que llenaban los periódicos de la época, inclusive el doblaje de ello, la Convergencia de Idiotas. Asistí, fotografié, escribí la historia y nada sobre que la ceremonia cambiase mi opinión. Sin embargo, admito que en el plazo de seis meses mi vida cambió por completo. Unas pocas semanas después de la ceremonia fui invitado a la reserva de los Pies Negros y terminé viviendo y trabajando con hombres y mujeres Medicina tradicionales durante muchos años.

 

José Argüelles fue realmente un visionario, y sus ideas nos ofrecen una manera de salir del malestar de la era post-industrial. Está claro que él vio y sintió este cambio y lo describió a través de la cultura y visión que resonaba con él. 

En su último párrafo, escrito el 12 de Diciembre de 2010, Argüelles expresa el deseo de que “la Noosfera establecerá a una inmensa mayoría de la humanidad ardiendo con una fe visionaria mientras nos acercamos al umbral de 2012.”

Por supuesto, solo el tiempo dirá si las semillas plantadas por Argüelles prosperarán o si, colectivamente, soñaremos un sueño diferente.

 

– Comentado por Lesley Crossingham en New Dawn 128